Tomado de https://www.fayerwayer.com/2011/03
Así,
nació el lápiz moderno. Según la cantidad de arcilla se podía regular la
dureza del lápiz. Esta mezcla todavía se usa hoy en los lápices,
determinando si es H, HB o B. Conté patentó su invención en Francia, que luego
se popularizó y comenzó a utilizarse en diversas fábricas, agregando más
adelante accesorios como la goma de borrar.
Esta
herramienta tan común tiene una historia inusual.
Todos
hemos usado lápices grafito o "lápiz mina", para dibujar o hacer
cálculos en el colegio, para marcar maderas en carpintería, etc.
La ventaja es que se puede borrar del papel si te equivocaste en el
cálculo. Y aunque parece que es una cosa muy simple, el lápiz grafito no
existió como lo conocemos hasta 1795, y su creación estuvo poco relacionada con
el ámbito artístico: Fue creado durante la
guerra.
En 1795,
el oficial francés del ejército de Napoleón, Nicholas Jacques Conté, recibió
una tarea de parte de uno de los Ministros de Guerra, Lazare Carnot: Crear un lápiz que no dependiera de las importaciones extranjeras.
En esos
tiempos, lo que se usaba para dibujar y para hacer trazados eran (además de la
tinta y las plumas) varillas de grafito puro envueltas en papel o tela.
Inglaterra tenía las mayores minas de grafito de Europa, lo que le trajo
grandes riquezas a la isla. Además de servir para escribir o marcar ovejas en
el campo, el grafito se utilizaba en los moldes de balas de cañón debido a su resistencia
al calor, lo que hizo que el gobierno de Inglaterra tomara el control de las
minas.
Con menos
grafito disponible, Carnot, que estaba a cargo de organizar al Ejército Revolucionario Francés,
que fue el que puso a Napoleón en el poder en Francia y derrocó al Rey
Luis XVI, no podía malgastarlo en lápices.
Además de
mandar a fundir campanas para conseguir cobre y conseguir químicos para que
hicieran rendir mejor el salitre para pólvora, Carnot le solicitó a
Conté que creara un lápiz que no usara tanto grafito.
Conté,
quien además de soldado era pintor y experto en globos
aerostáticos, comenzó a buscar una manera de obtener un lápiz que
permitiera dibujar, pero que no requiriera usar varillas completas de grafito.
Luego de varios días de investigación, Conté tuvo la idea de mezclar polvo de
grafito (de modo que se pudieran usar las sobras del material) con arcilla,
cocer la mezcla y presionar la masa entre dos mitades de un cilindro de madera.
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